4 enero 2022
Una de las consultas más comunes que recibimos los profesionales de la salud es, ¿Cómo puedo limpiar mis oídos?
Desde Biacustic te podemos recomendar que le des importancia a esta acción, pues es una operación delicada que debes hacer con mucho cuidado, y que lo solemos hacer con prisas y utilizando bastoncillos de algodón.
En el oído se encuentran estructuras muy sensibles, tanto en niños y niñas como en adultos. La membrana timpánica puede dañarse por maniobras bruscas, por lo que la limpieza implica solo al pabellón auditivo, o de otro modo solo se limpian las orejas sin introducir nada en el oído de manera profunda.
Normalmente, solemos hablar del cerumen como un sinónimo de suciedad, sin tener en cuenta su función. Esta sustancia tiene la función de lubricar el canal auditivo, protegiendo el oído externo y, en consecuencia, las estructuras internas del oído de la acumulación de suciedad y bacterias.
Su producción proviene de las glándulas sebáceas y ceruminosas ubicadas a lo largo del conducto externo. Posteriormente, el cerumen se dirige hacia el pabellón auricular, activando así un proceso de autolimpieza del oído, de esta manera se protege del polvo y de los agentes nocivos.
Si algo debemos de dejar claro, es que en el momento de pensar en cómo limpiar los oídos, no debemos demonizar la presencia de cerumen.
En algunos casos, sin embargo, pueden acumularse cantidades excesivas, con el riesgo de formar el clásico tapón, un problema aparentemente trivial que, a la larga, puede provocar molestias como pérdida de audición, sensación de taponamiento, zumbidos o dolor.
El cerumen es una sustancia que tiende a retener el agua y expandirse, experimentando a veces una sensación dolorosa después del baño.
En presencia de un tapón de cerumen te recomendamos que seas evaluado por un especialista y este te recomendará la solución más correcta. Las propuestas para extraer este cerumen pasan por recurrir a gotas especiales formuladas con disolventes y emolientes a la extracción del tapón de manera más invasiva por diferentes métodos y teniendo en cuenta que, dependiendo del paciente, puede presentar alguna contraindicación.
La cera del oído suele verterse en la parte más externa del oído. No es de extrañar que la limpieza debe limitarse solo a la aurícula, una operación que requiere la máxima posible.
Se desaconseja el uso de bastoncillos de algodón por si se introducen en el canal y porque introducen la cera hacia la parte interna, cuando la operación de limpieza debería evacuar el cerumen y no al contrario.
La manera más recomendable es con agua y jabón neutro, únicamente en la parte externa o aurícula junto con un buen secado de la oreja.
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